Seis décadas de trayectoria y más de 300 personajes interpretados, en teatro, cine y televisión, hicieron que Violeta Vidaurre dejara un importante legado en el mundo de la actuación.

Falleció en 2021, a los 93 años, aquejada de un progresivo Alzheimer, tres años después de su marido el actor Pedro Villagra. Sus últimos días los pasó internada en la casa de reposo para personas mayores “Dulce Hogar”.

Adelantada a su época

Alta, elegante, de potente voz, era conocida por sus cercanos como una mujer de personalidad energética, que era capaz de “estar cortando boletos a la entrada del teatro y después pararse frente al público a actuar sobre el escenario”, recuerda el también actor Roberto Nicolini., uno de sus amigos más cercanos con quien el Círculo de Periodistas tuvo ocasión de hablar, a poco más de un año del fallecimiento de la actriz.

“Era tan anticipada, tan vanguardista, aceptaba propuestas impensadas para la época”, afirma Nicolini.

Así fue como a principios de la década del ’70 Violeta Rosa Ester Vidaurre Heiremans, realizaba el primer desnudo en teatro, en el Camilo Henríquez, para la obra La Ronda, de Arthur Schnitzler, en la versión dirigida por Eugenio Guzmán.

“Es que una actriz se debe a su público”, decía ella mientras conversaba y regalaba una amplia sonrisa a cada uno de los asistentes que se le acercaba a hacerle preguntas tras una función, cuenta Nicolini con quien compartió en el teatro, trabajando juntos y también a través de una linda amistad que los mantuvo en contacto hasta sus últimos días.

Violeta Rosa Ester Vidaurre Heiremans, estudió teatro impulsada por su primo en dramaturgo Luis Alberto Heiremans. Autor de la fotografía: René Combeau. En Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral UC.

Nacida en la ciudad de Traiquén, en la región de la Araucanía, el 1 de junio de 1928, como la primera de los tres hijos de Víctor Vidaurre Coo, un ingeniero industrial, y Rosa Violeta Heiremans Brockman, socialité de origen belga-alemán.

Su primo, el novelista y dramaturgo Luis Alberto Heiremans, años más tarde, sería el responsable de convertirla en actriz, de inculcar su amor por la actuación, pese a que podría haber estudiado medicina.

Representante de la aristocracia

Sus padres decidieron establecerse de manera definitiva en Santiago y como su familia materna pertenecía a la alta aristocracia, se instalaron en el barrio República.​ Sobre su infancia la actriz declaró: “Siempre fui muy regalona de mis padres, pero con quien tenía mayor complicidad y afinidad era con mi papá. A veces pienso que estaba enamorada de él”.

Los primeros años de infancia los vivió en el Palacio Heiremans, propiedad de su abuelo materno. En ese tiempo, siendo una niña, mostró dotes de actuación, junto a su primo Luis Alberto Heiremans, con quien escribía e interpretaba obras de teatro.

La educación básica la recibió en su casa con profesores particulares. Posteriormente, estudió en el Colegio del Sagrado Corazón de Apoquindo y en el Villa María Academy

“La Violeta es la única representante de la aristocracia chilena en el teatro. La casa de su infancia es donde funciona el Gran Circo Teatro, en barrio República”, cuenta Nicolini.

El teatro era mal visto en esos años, sin embargo, agrega que “para ella -siendo una niña- el teatro era toda una fascinación, era su motivo de juego”, porque su primo Luis Alberto daba sus primeros pasos en las tablas, después de titularse de médico.

“Violeta al egresar de sexto de humanidades quiere estudiar medicina, siguiendo los pasos del primo, y el padre le dice que ninguna hija de él necesitaba ir a la universidad, pese a que tenía puntaje para haber entrado a esta carrera”, dice Roberto.

Sus inicios en el Camilo Henríquez

La pérgola de las flores, de Isidora Aguirre y Francisco Flores del Campo. Dirección: Eugenio Guzmán. Compañía: Teatro de Ensayo de la Universidad Católica de Chile en Sala Camilo Henríquez, 1960. Fuente: Teatro UC En Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral UC

Su primo y mentor la convence de que estudie teatro cuando ya era adulta. “Era un hecho bastante extraordinario que quisiera iniciar una carrera de teatro estando casada y con hijos”, recordaba el actor Héctor Noguera, a TVN en 2021.

En 1946, contrajo su primer matrimonio a la edad de 19 años, con el guardiamarina del Buque Escuela Lautaro, Ramón Salgado Suárez, con quien tuvo cuatro hijos.

“En esos años privilegié mi matrimonio, mis hijos y no entré a estudiar teatro aunque me gustaba. Recién a los 28 años Luis Alberto me convenció, y entonces comencé reemplazando a las actrices hasta que esto se convirtió en una verdadera pasión”, dijo Violeta en una entrevista.

Ingresó a la Academia de Arte Dramático del Teatro de Ensayo de la UC, y se tituló con distinción.​ En este proceso, fue compañera de Paz Irarrázaval, Ramón Núñez, Héctor Noguera, entre otros destacados actores.​ Años más tarde, también sería profesora en esa casa de estudios.

La moratoria, de Jorge Andrade. Dirección: Eugenio Dittborn. Compañía: Teatro de Ensayo de la Universidad Católica en Sala Camilo Henríquez, 1966. Violeta Vidaurre y Sara Ástica. Autor de la fotografía: René Combeau. Fuente: Teatro UC. En Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral UC.

Tras finalizar su formación académica, rápidamente se une al elenco del Teatro Ensayo junto a Ana González, Silvia Piñeiro, Anita Klesky, Nelly Meruane, un selecto grupo de actrices que marcaron toda una época.

Se subió a los escenarios primero como reemplazante hasta que fue designada en un papel propio por el director norteamericano Frank McMullan, invitado por la UC para dirigir la obra El ángel que nos mira, de Thomas Wolfe, en 1959, en el Teatro Camilo Henríquez.

Nos tomamos la universidad, de Sergio Vodanovic. Dirección: Gustavo Meza. Compañía: TET (Taller de Experimentación Teatral del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica de Chile) en Sala Camilo Henríquez, 1969. Ramón Núñez y Violeta Vidaurre. Autor de la fotografía: Luis Poirot. Fuente: Teatro UC. En Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral UC.

Es importante destacar que su debut lo hizo en el Teatro Camilo Henríquez. “Fue concretar ese sueño de infancia. Era su sala madre, su espacio, como llegar a su casa. Y después le pasaron muchas cosas mágicas. Ahí se embaraza de los siguientes dos hijos. En ese escenario hizo gran parte de su carrera como integrante del Teatro de Ensayo de la UC donde vivió grandes épocas, desde que era estudiante”, señala Roberto Nicolini.

El escenario del Camilo Henríquez la vio en más de 25 obras, entre 1958 y 1974, como La pérgola de la Flores, ¡Esta señorita Trini!, Mucho ruido y pocas nueces, Versos de ciego, El diálogo de las Carmelitas, La importancia de llamarse Ernesto, El Tony Chico, Casimiro Vico Primer Actor, La moratoria, Nos tomamos la universidad, Antígona, Martin Rivas, solo por mencionar algunas.

Maestra en el oficio

“Era como la anti diva, teniendo todas las condiciones para tener comportamientos excéntricos, de diva, o voluntariosa, era de una humildad increíble”, asegura Roberto Nicolini.

Violeta y Roberto Nicolini con quien compartió trabajo teatral y una gran amistad, que los mantuvo en contacto hasta sus últimos días. Fotografía: Archivo personal de Roberto Nicolini.

Recuerda una anécdota que ella misma le contó, -en una de sus tantas experiencias trabajando juntos- acerca de La pérgola de las flores, obra donde Violeta mantiene el récord de haber sido la artista con la mayor cantidad de participación en sus ediciones, desde que asumió el rol de doña Laura Larraín, en reemplazo de Silvia Piñeiro que fue la primera en interpretar ese personaje.

“Eugenio Guzmán estaba fuera de Chile –relata su amigo– y cuando deciden llevar la obra a México, el director del Teatro Eugenio Dittborn resuelve que Violeta es demasiado joven para hacer a Laura Larraín, aunque, según el texto, el personaje tenía que ser joven y atractiva. Pero decide que lo interprete Ana González”.

Continúa Nicolini: “En un ensayo, Ana González, con la autoridad que tenía como actriz consagrada le pide al director que suba al escenario y le comenta algo. Eugenio Guzmán levanta la voz: Violeta, la señora Ana le quiere decir algo, y Ana González le dice: El papel es suyo mijita”.

Entonces, Violeta pudo integrar esa delegación que viajó a México y que convirtió a La Pérgola de la Flores en la primera obra musical de Chile que tuvo reconocimiento internacional.

La pérgola de las flores, de Isidora Aguirre y Francisco Flores del Campo. Dirección: Eugenio Guzmán. Compañía: Teatro de Ensayo de la Universidad Católica en Sala Camilo Henríquez, 1960. Justo Ugarte (Alcibíades) y Violeta Vidaurre (Laura larraín). Autor de la fotografía: desconocido. Fuente: Teatro UC En Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral UC

“Hicimos muy buenas migas con la Viola. Ella hacía la Laura Larraín, viuda de Valenzuela ya que ella sucedió a la Silvia Piñeiro en ese rol y yo en esa época ya era el alcalde”, recordaba en Canal 13 el actor Ramón Núñez.

Con Roberto Nicolini afianzó su amistad al protagonizar varias obras que el actor montó con su propia compañía. Una de gran éxito, en 1991, fue la comedia La única noche que pasé contigo, de Lucho Córdoba, que se presentó en el Teatro La Feria, el mismo local que en 2017, Nicolini lo transformó en su actual Teatro Las Tablas.

La única noche que pasé contigo, de Lucho Córdoba. Compañía de Comedias de Roberto Nicolini, en Teatro Las Tablas, Viña del Mar, 1991. Fotografía: Juan Fco Somalo

Al año siguiente, Roberto Nicolini, realizó el montaje de La Gorda de Porcelana, un cuento de Isabel Allende e invitó a Violeta a trabajar junto a Juan Cristóbal Schilling, Sergio Urrutia, Patricia Irribarra, entre otros. Roberto era el narrador de la obra, y Fernando González del grupo Congreso compuso canciones especialmente para acompañar las escenas.

También la incluyó en la comedia de su autoría Mujeres de Viña al borde de un asesinato, que permaneció un año en cartelera en el Teatro El Conventillo, en Santiago. Compartió escenario con Peggy Cordero y Solange Lackington.

En 2010, llamó a Violeta para protagonizar la obra escrita y dirigida por él, Ella 80, yo 50. Se trataba de dos monólogos, el de un hombre que a los 50 años se vuelve muy conservador; y otro de la madre de 80 años que asegura vivir los nuevos 80, que son “como los 40 de antes”. Para finalizar con un diálogo entre ambos. El montaje se presentó en el Teatro Las Tablas de Viña del Mar y en la Sala Club de los Comediantes, en Santiago.

Cuento infantil La Gorda de Porcelana, de Isabel Allende. De izquierda a derecha, Juan Cristóbal Schilling, Sergio Urrutia, Patricia Irribarra, Violeta Vidaurre, Jorge Frigerio, Roberto Nicolini, 1992. Fotografía: Archivo personal de Roberto Nicolini.

La actriz también conquistó la televisión. Su debut fue en Canal 13. A finales de la década de 1960 debutó en las series Juntos se pasa mejor y Juani en Sociedad. Años más tarde, en 1970, tendría el rol de Doña Bernarda Cordero en una versión de Martín Rivas.

Captura de imagen serie Juani en sociedad transmitida por canal 13 entre 1967-72. Violeta Vidaurre y Sonia Viveros.

En la década de los ’80, gracias a su amiga Sonia Fuchs, líder en la producción del área dramática de TVN, pasó a formar parte de ese staff, donde actuó en teleseries como La represa, La torre 10, La dama del balcón, La Villa, Mi nombre es Lara, entre otras.

Captura de pantalla TVN. En su personaje de Olimpia Brito, teleserie Romané, 2000.
Captura de pantalla TVN. En su personaje Amanda Jorquera, de la teleserie Pampa Ilusión, 2001

A partir del año 2000, se integró al elenco estable que formó el director Vicente Sabatini, también en TVN, interpretando recordados personajes en Romané como Olimpia Brito; Pampa Ilusión, Amanda Jorquera; El circo de las Montini, Termutis Norambuena; y Puertas adentro, Mercedes Farías.

Captura pantalla TVN. En su personaje Termutis Norambuena, de El circo de las Montini, 2002.

En el teatro hasta el fin

En 2016, a los 78 años, participó en su última obra de teatro, Mamá Cora, adaptación argentina de Esperando la carroza. El montaje terminaba cada una de sus funciones con un homenaje a la actriz, quien recibía un ramo de flores y siempre la ovación del público.

Entre sus últimos trabajos en TV está la teleserie Chipe libre de Canal 13 y la serie de Chilevisión Lo que callamos las mujeres, en 2013.

Ella 80, yo 50, Compañía de Comedias Roberto Nicolini, Teatro Las Tablas, Viña del Mar, 2010. Fotografía: Archivo personal de Roberto Nicolini.

“Quiero morir como Elena Moreno, a quien la sacaron del teatro y se la llevaron”, comentaba Violeta Vidaurre en Radio Cooperativa, en 2011. Sus últimos años los mantuvo ligados a las tablas pese a haber desarrollado síndrome de Alzheimer.

En 2017, debido a la enfermedad, fue internada en la casa de reposo para personas mayores “Dulce Hogar”, perteneciente a la actriz y cantante Mónica de Calixto. Esto significó la separación con su marido Pedro Villagra, quien también estaba enfermo y quedó al cuidado de su hija, en el sur del país.

Nicolini narra un emotivo episodio: “Esta entrañable pareja pudo verse por última vez en el hogar donde estaba Violeta, y pese al avanzado estado de desconexión de ella, logró reconocerlo y le dijo: ‘sé que nos quisimos mucho, pero ahora no podemos estar juntos’. Fue su despedida, ante la mirada de enfermeras y equipo médico, emocionados testigos de la escena”.

Finalmente, Violeta falleció el 1 de junio de 2021, el mismo día de su cumpleaños número 93.

Su muerte generó que los principales organismos culturales, sindicales y universitarios como Teatro UC, Teatro Nacional, ChileActores, Sidarte, Matucana 100, Fundación Teatro a Mil, Centro GAM, la despidieran con gratitud por su trayectoria artística; además, múltiples figuras de la televisión, el teatro, las artes, el espectáculo y la política chilena, manifestaran sus condolencias. Incluso, la Cámara de Diputados realizó un minuto de silencio por su deceso.

“Gratificación de haberla conocido, de haber trabajado con ella, de haber sido su amigo. Es su legado, esa maravilla y esa generosidad de ella como persona”, señalaba el actor Luis Alarcón, en TVN.

Concordaba Héctor Noguera en Canal 13 y decía que “Violeta era una gran amiga, excelente actriz y una pérdida realmente lamentable para el teatro chileno”.

La actriz y directora teatral Verónica García-Huidobro declaró a la webTeatroUC.cl: “Vidaurre fue mi profesora cuando estudié Teatro en la UC, entre los años 79 y 83. Me sorprendió mucho su capacidad técnica y pedagógica, pero lo que más me impresionaba era que se trataba de una mujer de la edad de mi mamá que, aparte de tener una familia, era actriz y hacía clases. A mis veinte años me mostró un modelo de mujer al que yo no tenía acceso”.

Con más de seis décadas en las artes escénicas y un impacto positivo en millones de espectadores, los reconocimientos y homenajes no faltaron. Algunos de éstos son distinciones por su trayectoria entregados por la Municipalidad de Villarrica, en 2007; por APES, en 2011; y en el XVI Festival Internacional de Teatro Chillán.

En 2015, recibió el Premio Enrique Silva Cimma por el Instituto del Envejecimiento y el Centro de Extensión del Senado; fue declarada Hija Ilustre de La Cisterna; le otorgaron la Distinción y homenaje por Trayectoria en Sidarte, y el Premio a la Trayectoria por la Corporación de la Cultura y las Artes de la Ilustre Municipalidad de Rancagua. En 2019, además, recibió el Premio Marés a la Excelencia por su trayectoria en televisión.

“Violeta tenía una actitud de vida que trascendía el escenario, eso era lo que ella proyectaba y creo que es su legado”, declaró en una ocasión a TVN, Héctor Noguera, su compañero de estudios en la UC y colega por tantas décadas.

Este reportaje se realizó gracias al financiamiento del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y del Consejo Regional.

Periodista: Maritza Tapia F.
Fotógrafo: Alejandro Bustos M.
Editora: Ana Rosa Romo R.
Agradecimiento a:
Archivo de la Escena Teatral UC
Roberto Nicolini, actor y director de teatro

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