Por Enrique Ramírez Capello

Personajes fundamentales de la izquierda chilena, con énfasis en la política y la poesía.

Unidos por sueños y proyectos. Uno con el arte de la palabra y el otro con la vocación socialista marxista.

Los re descubro en “Pablo Neruda y Salvador Allende: Una amistad, una historia”, obra de Abraham Quezada Vergara.

Él es antofagastino, escritor y diplomático, con muchos ensayos académicos sobre el poeta, en Chile y el extranjero.

El escritor Enrique Lihn reseñó “La poesía de Neruda es una riqueza que Allende no tendrá que nacionalizar”.

Ironía y exactitud.

El autor del libro define sus líneas de análisis:

La admiración de Allende por la obra literaria de Neruda y los constantes apoyos políticos que el poeta prodigó al varias veces aspirante presidencial, si bien en su origen obedeció a decisiones de las cúpulas de los partidos en los que militaron, o al realismo político del momento tuvieron un fundamento anterior y superior, que se originó en lo personal, en el conocimiento que uno tuvo de la acción del otro, lo que luego se tradujo en la existencia de una amistad genuina”.

Son de origen diferente. Neftalí Ricardo Eliecer Reyes Basoalto nació en Parral. Hijo de un conductor de tren lastrero. Su madre murió meses después del parto y el pequeño fue criado por su Mamadre.

Allende venía de una familia burguesa acomodada, pero no era un gran lector.

Ambos partieron en la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Y los dos fueron senadores. Allende por el PS y Neruda por el Comunista.

El vate fue perseguido por el gobierno de Gabriel González Videla, a quien había apoyado en la campaña.

El Presidente apeló a la Ley de Defensa de la Democracia, conocida como Ley Maldita.

El libro de Abraham Quezada exhibe una prolija e íntima correspondencia entre ambos.

Neruda desertó de pedagogía en francés y a temprana edad asumió consulados en remotas tierras.

Allende se tituló con la memoria “Higiene mental y delincuencia”.

Pronto se integró a la actividad gremial y política.

El poeta publicó “Crepusculario” a los 19 años, gracias a unas monedas que le prestó Alone, crítico literario.

Luego su consagratorio libro “20 poemas de amor y una canción desesperada”.

Los dos apoyaron a Pedro Aguirre Cerda. Siguen sus vidas paralelas.

Neruda trae en el Winnipeg a refugiados españoles, perseguidos por el régimen de Francisco Franco. Y Allende los esperó en el puerto.

Así se volvieron a vincular los protagonistas.

Allende tuvo tenacidad para ser cuatro veces candidato presidencial hasta que triunfó en 1970. Fue abruptamente derribado por el golpe que el 11 de septiembre de 1973 encabezó Augusto Pinochet.

Neruda y Allende siempre estuvieron unidos en la amistad y la historia.

Ir al contenido