El colega Claudio Bueno Venegas, socio Nº11 del Círculo de Periodistas nos envía esta colaboración con un relato en verso de todo el proceso que llevó a la construcción del edificio de Amunátegui 31.

Como hoy, hace setenta primaveras
en una mañana, bajo limpio cielo azul
era el suceso para página primera
que se conociera de norte a sur
por palabras emotivas y sinceras
del maestro Juan Emilio Pacull
al inaugurar lo que fuera un sueño
este edificio del que somos dueños

A pasos de la Alameda de las Delicias
y por la calle Amunátegui, entrando
en el treinta y uno, recreo de la noticia,
nace la historia que iré contando
sin yo, tener en esto, mucha pericia,
para que sirva para no olvidarnos
de dirigentes que con pasión increíble
lograron lo que se creía imposible.

Juan Emilio Pacull, es el gran visionario
que junto a otros dirigentes soñadores,
escribían las páginas en el imaginario,
siendo para muchos solo ilusiones
surgidas de unos grupos solidarios
en bohemias y líricas reuniones.
Nadie imaginó en esos instantes
que nacía una crónica apasionante.

Es la historia de un suceso histórico
comenzado a diagramar en trasnochadas
en que el Club Sportman era protagónico,
cuyo dueño, más de alguna copa fiaba.
Fue, en los años cuarenta, ya agónicos
que surgió la idea de una sede bien equipada.
Después se recordaría, como locura de niños,
pensar en un rincón que nos acogiera con cariño.

Ya en mil novecientos cuarenta y nueve
cuando González Videla era presidente
Pacull inicia las gestiones y se mueve
para conseguir de la Caja prontamente
un préstamo de millones, casi nueve
que se aprueba sin inconvenientes
Esta misma ágil movida se hizo
para lograr sede en Valparaíso.

Primero había que ubicar un lugar
y luego conseguir más dinero
para poder los sueños concretar
y no quedara todo a fojas cero.
Cuotas de socios, primeras en llegar
y apuestas a caballos de correr ligero
se sumaron al gran préstamo, altruista
de Caja de EE. Públicos y Periodistas.

Juan Emilio tenía varios proyectos a la vez,
primero, conseguir para el Círculo una sede
así lo cuenta su amigo, Carlos Valdés
diciendo que el dirigente jamás cede
hasta lograr materializar, ojalá, sin revés
otros proyectos que su mente mueve
Paso a paso, peso a peso, no sin asombro
se junta plata y ¡a ponerle el hombro!

Con algún billete, con sudor conseguido
se comienza a pensar en el gran proyecto
que, en principio, sería construido
por la firma de Jorge Vidal, arquitecto,
en Merced con Miguel de la Barra, elegido
que por detalles, no pudo llevarse a efecto.

Ardua la labor en busca del sitio adecuado
muchas suelas se gastaron caminando
avenidas y calles lo vieron, nunca cansado
hasta que un día, por Amunátegui entrando,
Pacull escucha un misterioso llamado
de un sitio, de la Caja, como esperándolo.
Es el lugar definitivo, en buena hora,
lo informaba la revista Nueva Aurora.

Entonces se nombró una comisión Pro Casa
con los socios Matte, Olivares y Palma
a los que el arduo trabajo casi les fracasa.
Logran sobreponerse con nerviosa calma.
Con Garrido, Mora y Pinochet el susto pasa
y se nota que vuelve al cuerpo el alma.
Por la firma Angel Leighton por fin se opta
por doscientos millones, según consta.

La construcción se inicia con pasos lentos
por la prohibición de trabajos nocturnos
y, a que hubo obras fuera de presupuesto
desbarajustando los planificados turnos
bajo un cielo que descargaba los elementos
encareciendo la obra hasta delicado punto.
Esto, en vez de desanimar a los dirigentes
les dio fuerzas para hablar con el presidente.

En junio del cincuenta y dos, Juan Emilio
se reunió con el presidente Carlos Ibáñez
para lograr ocho millones, no fue sencillo
y poder continuar con los sufridos afanes.
Ibáñez aprobó la idea y luego hizo un guiño
al buen ministro de los públicos caudales
y también amigo, don Germán Picó Cañas
que para conseguir el billete se diera maña.

Así entra en el Presupuesto del cincuenta y tres
el proyecto que crea el Colegio de Periodistas
y la construcción del edificio, entonces es
prioridad, ya que se presentan nuevas aristas
como una casa de reposo, pedida a voces
y una beca al más distinguido periodista.
Época en que venciendo prejuicios y temores
las mujeres deciden ponerse pantalones.

Con el alcalde, señor Germán Domínguez
el astuto Juan Emilio también consigue
que se pueda trabajar de noche y domingo
y no se cobre el dos por ciento que se exige
como impuesto que se cobra sin distingo.
Y así, paso a paso, peso a peso, la obra sigue.
El pueblo ajeno a este intenso trajinar
se divierte escuchando Hogar Dulce Hogar

Máquinas excavadoras, andamios, escaleras
rugir de motores, estremecen los suelos,
sudor proletario, órdenes de jefes, carreras
ladrillo a ladrillo, subiendo para llegar al cielo
mezclas de cemento, enredo de mangueras
se avanza con entusiasmo, se camina ligero.
Y el paso a paso , peso a peso, según aquí se dijo
ya es paso a paso, peso a peso, piso a piso.

Se trabaja duro, en forma ordenada
el mundo enfrentado en guerra fría
Fidel asaltando el Cuartel Moncada
Violeta Parra dando gracias a la vida
La guerra de Corea está terminada
Asume Nikita, en la URRSS, en caída.
Nat King Cole como que clama amistad
cantando su agringado bolero “ansiedad”.

Hasta hoy las palabras de Pacull, el maestro
pronunciadas en la solemne inauguración
de este edificio, tienen mucho mayor peso
cuando plantea que la libertad de expresión
es prerrogativa de nuestros preceptos
y que fray Camilo Henríquez, es la inspiración
que nos fortalece con sus argumentos
desde nuestra emancipación.

Hoy es cuando la palabra debemos recordar
de nuestro gran dirigente en esa hora
al llamar a esta gran mole, “hogar fraternal
de acero y cemento, armazón acogedora”
y donde trataremos de formar
una familia que pinta, canta, escribe, ríe y llora.

Lo escuchaba mucha gente,
autoridades civiles y militares,
el general Ibáñez, presidente,
todos atentos a sus verdades
agradeciendo hidalgamente
a los que, en sólidas realidades
transformaron locos ideales,
al ex presidente González Videla
a parlamentarios de diversas trincheras.
Y no podían faltar en esta lista
los ejecutivos de la Caja de EE. Públicos y Periodistas

Terminó su discurso claro y señero
haciendo votos, por seguir el sendero
de la libertad que para fray Camilo,
“nuestro Apóstol y mejor compañero”
fuera un culto y el verdadero camino.

Y en medio de este ambiente grato
se dio lectura en que el Diario Oficial,
por parte del Vice, Juan Honorato
a la ley que declara el final
de los trámites que en comodato
se hace entrega de la obra total.
Por el gobierno, don Enrique Suárez,
que es el Ministro de Educación
se refirió a todo lo que vale
dignificar nuestra profesión.

Finalizada la histórica ceremonia
se ofreció un cóctel a los invitados
donde se hizo memoria
de anécdotas y pasos dados
en ambiente de sana euforia
mientras los codos eran alzados.
Alzaban los codos los de otros gremios
porque los periodistas somos abstemios.

Después de la solemne inauguración
le llegó harta pega al Directorio
al encargarse de la administración,
ubicar muebles, libros y escritorios
y todo lo que ver con instalación;
se contrata un contador meritorio
para organizar bien la institución.

El gobierno enfrenta huelgas y pedidos
la inflación no cede, hay gente dolida
e inquietud y dudas en los partidos
los periodistas atentos noche y día
en la nueva sede comentan lo sucedido
Carlos Ibáñez estudia otras medidas
Y de Los Quincheros se escucha el canto
“nosotros que nos queremos tanto.”

Se seguía vistiendo al edificio
con el ropaje necesario
para que prestara el mejor servicio
a los trabajadores de los diarios,
a los que prestaban afines oficios
a los colegas de las radios.
En las calles hay gente que grita
que se derogue la Ley Maldita

Ya en el año cincuenta y cinco
se contaba con Sala de Esparcimiento
y otros avances conseguidos con ahínco,
la Clínica Dental y sus gratos tormentos
una biblioteca, en un apropiado recinto
con muy buenos donados textos.
Y lo que jamás podría faltar:
una bien abastecida Taberna-Bar

En histórica asamblea Pacull informa
que los excedentes que serían logrados
con la Clínica trabajada en buena forma
se construiría una casa en El Tabo
para los que no calzaran en su horma,
padecieran stress o estuvieran resfriados.
Y quienes tramitaran preocupante receta
se recuperarían en el Litoral de los Poetas

Un canto aparte
merecería el Teatro Camilo Henríquez
por su aporte al arte,
al teatro al cine y a todo lo que signifique
aquello que el público culto, aplaude.
Refugio de dramaturgos, actores y actrices
ha logrado para muchos, momentos felices
Este teatro por su acción presente y futura
es un sólido baluarte de nuestra cultura.

Un complicado momento
se vivió el cincuenta y seis
porque esta sala eventos
desniveló el presupuesto
y se solucionó, como sabéis
evitando una crisis caótica
arrendándola para bien
a la Universidad Católica
que con su Teatro de Ensayo
deleitó por muchos años.

Los pisos perfectamente ordenados,
unos sobre otros, todos tirando p´arriba
algunos, por profesionales, arrendados
y los otros sirviendo; gente activa,
en el quinto, el Colegio, bien instalado
los colegas deportivos en seguida
y los flashes de los gráficos, en el octavo.

Pero debemos contener las emociones
cuando lleguemos al piso tercero
porque junto a la Sala de Reuniones
un Memorial de sobrio diseño
recuerda a aquellos colegas, trabajadores
que vieron truncados sus sueños
por un puñado de asesinos y traidores.
Cuando fue bombardeada la Democracia
y el país sufrió la peor de sus desgracias.

Ellos enfrentaron tanques y ametralladoras
con nuestras armas de combate:
un lápiz, una máquina fotográfica, una filmadora.
Para nosotros sus corazones aún laten
porque nada borra o elimina la memoria.
Ahí están los nombres en sólido muro, adheridos
los treinta y un torturados, asesinados, desparecidos.

La crónica del tiempo sigue su curso
nuestro edificio luce su sobria figura
testigo de lo que ocurre, tomando el pulso
pese a sufrir los embates de la madre Natura
dos terremotos de gran envergadura
su parcial abandono que la pandemia impuso
el brutal destrozo de sus cerraduras,
al sufrir un robo de dinero y material en uso.

Todo ocurrió aquella madrugada
del diecinueve de septiembre
del año dos mil diecinueve
Los vándalos se ensañaron
con lo que más les molesta,
el teatro, el amor, la inteligencia
haciendo del pillaje una fiesta

Y así nuestra mole solidaria
contempla el pasar y los avatares
abrigando al Círculo en sus entrañas
que lucha por todas las verdades
con Directivas ejemplares
que lo han colocado en primeros lugares.
Son muchos los hombres y mujeres
que hoy dirigen sus andares
y que merecen nuestros parabienes.

Hace apenas, setenta primaveras
se amalgamaron inteligencia y sacrificio
para que el país viera
emerger este edificio
donde en su frontis, siempre serena
flameará la bandera chilena
junto a nuestro imbatible pabellón
que es la libertad de expresión.

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