Por Purísima Gaune Blanco

Presidenta Círculo de Periodistas

El pueblo dijo ¡basta!, y logró que se iniciara un proceso impensado: el camino para una Nueva Constitución que consagre derechos fundamentales que desde hace décadas se dejaron de lado. 

La revuelta social tuvo consecuencias dramáticas con la muerte de algunos manifestantes y los traumas oculares de muchos jóvenes, pero al mismo tiempo logró un acuerdo de las fuerzas políticas para consultar a la ciudadanía, en un plebiscito, si anhelaba una nueva carta magna. 

La pandemia le dio suspenso a este proceso y luego de una postergación, Chile realizó la consulta a los ciudadanos y obtuvo un resultado abrumador: 80% aprobó la idea de una constitución que terminara por fin con la que impuso la dictadura. 

Entonces vino otra instancia fundamental: elegir a quiénes entregar esta misión que marcará el futuro del país. Con descaro inaudito postularon todos los que se oponían a una nueva Constitución, creyendo que lograrían mayoría para que nada cambie y seguir así manteniendo el poder. Se equivocaron. De 155 constituyentes, lograron 37, minoría absoluta. El “fantasma” de los 2/3 para obtener acuerdos se diluyó rápidamente. 

La culminación de este gran paso llegó el domingo 4 de julio con la instalación de la Convención Constitucional, que trae la voz de las mujeres, de los hombres, de los jóvenes, de la diversidad sexual y de los pueblos originarios. Y que eligió como presidenta, por amplia mayoría, a Elisa Loncón, mujer mapuche, profesora, doctora en lingüística y académica de la UC y la USACH. 

Desde el primer día, este conglomerado estableció que con represión no hay diálogo posible, y que la tarea que viene es convertir a Chile en un país digno, igualitario e inclusivo. 

Lo dijo claramente Elisa Loncón: Esta Convención que hoy día me toca presidir transformará a Chile en un Chile plurinacional, en un Chile intercultural, en un Chile que no atente contra los derechos de las mujeres, los derechos de las cuidadoras. Esta Convención transformará a Chile en un Chile que cuide a la Madre Tierra, en un Chile que limpie las aguas, en un Chile libre de toda dominación. Un saludo especial a los lamngen mapuche del Wallmapu, este es un sueño de nuestros antepasados: Ese sueño hoy se hace realidad”.  

Esta historia empezó el 18 de octubre de 2019 sin que muchos lo previeran, aunque en general, se veía venir: un estallido social producto de la injusticia y la profunda desigualdad imperante en el país. 

 

Ir al contenido