Por Pury Gaune, Presidenta del Círculo de Periodistas de Santiago.

“Yo pisaré las calles nuevamente
De lo que fue Santiago ensangrentada

Y en una hermosa plaza liberada
Me detendré a llorar por los ausentes”

Cuando escuché por primera vez la canción de Pablo Milanés, no pude dejar de recordar aquella mañana soleada del 11 de septiembre, cuando salí de mi casa para ir a colaborar con el colega José Antonio Encina en Radio Portales, en ese entonces ubicada en Agustinas con Ahumada.

La colega del turno de la mañana no había podido llegar y yo debía reemplazarla. La ciudad estaba comenzando a sentir lo que vendría después.

En medio del caos, cuando llegué a Agustinas con Ahumada, no pude atravesar porque eran muchos los disparos que se sentían. Estaba a un paso de la Corfo y me acordé de mi colega y amiga María Verónica Martínez.

La pasé a buscar y nos fuimos a mi casa, en la calle Vergara. Llegamos justo en el momento que bombardeaban la Moneda.

Nos juntamos tres periodistas y un alumno de ingeniería de la Universidad de Chile esos días de toque de queda, intentando comunicarnos con el resto de los colegas y saber que pasaba realmente.

Éramos jóvenes mujeres periodistas, que habíamos optado por el periodismo porque creímos en la posibilidad que nuestra profesión nos daba para informar con la verdad, de manera oportuna y así estar al servicio de nuestra sociedad, con el ejemplo de una pionera: Lenka Franulic.

No sabíamos en ese momento de angustia lo que se venía para el periodismo, para las mujeres periodistas de nuestro país.

Este Día Internacional de la Mujer y en un año que conmemoramos 50 Años del Golpe de Estado, no podemos dejar de mencionar la tragedia que significó para muchas colegas, detenidas, torturadas, exiliadas, muertas y desparecidas por la dictadura.

Entre ellas la periodista Diana Aarón, militante del MIR, que a los 24 años fue torturada y asesinada por la dictadura.

Según indica el Informe de la Comisión para la Verdad y Reconciliación (1990), Diana “fue detenida el 18 de noviembre de 1974, en la vía pública, por agentes del Estado, ocasión en la que fue herida de bala”.

Se tienen antecedentes de su permanencia en Villa Grimaldi y en la Clínica de la DINA, ubicada en calle Santa Lucía Nº120”. Desde ahí se pierde su rastro, tras ser torturada cruelmente por Miguel Krassnoff.

Dolorosas huellas y traumas que dejó la dictadura entre las y los periodistas. Es por ello que las organizaciones de profesionales de los medios de comunicación que cobija este edificio, honramos a las víctimas en el Memorial ubicado en el tercer piso. Entre los nombres de la treintena de profesionales asesinados, está el nombre de nuestra colega Diana Aaron.

En su memoria y en el compromiso que tenemos con muchas de nuestras colegas, víctimas de violación a los derechos humanos, nos aferramos a la esperanza y al compromiso de seguir batallando por la dignificación de nuestra profesión, por lograr que nunca más se repitan situaciones como las vividas.

Tenemos además una tarea irrenunciable que es bueno recordar en este Día Internacional de la Mujer.

El rol de las mujeres periodistas es fundamental si queremos alcanzar una sociedad integradora, democrática, amplia y solidaria, porque hemos sido parte de una larga historia mal contada y que ha anulado toda posibilidad para que la mitad de la humanidad pueda dar cuenta de su historia, de su visión del mundo, de sus anhelos y sus derechos en sus propias palabras.

Desde el periodismo, desde los medios de comunicaciones se requiere con urgencia el ejercicio de una PRENSA NO SEXISTA, incorporar una doble mirada para derribar las estructuras sociales que aun intentan invisibilizarnos y marginarnos.

No podemos avalar la apreciación reduccionista y negadora que se ha proyectado sobre nosotras desde la prensa.

Y en el contexto social y político que vivimos hoy en nuestro país, las mujeres, todas, no estamos esperando dádivas, ni desde los medios, ni desde las estructuras patriarcales.

No estamos pidiendo cuotas en los espacios que nos corresponden. Estamos exigiendo una doble mirada para contar la historia completa.

 

 

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