Por Purísima Gaune Blanco, Presidenta Círculo de Periodistas

 

El Círculo de Periodistas está pasando por difíciles momentos, como todo Chile y el mundo entero.Los altos contagios por el Covid, con cuarentenas prolongadas y repetidas en varias comunas de la RM, tienen a nuestra institución manejando un delicado equilibrio en nuestras finanzas. Un dato duro: de acuerdo a nuestro equipo contable hubo una disminución de ingresos de un 49,58% en el 2020 respecto al 2019. Y el 2021 no se aspecta mucho mejor.

El cumplimiento de protocolos sanitarios nos hizo realizar cambios importantes en el edificio institucional. Para evitar la fuga de arrendatarios, les ofrecimos un plan de rebaja temporal de los arriendos, por cuanto el cierre del edificio impedía su funcionamiento e ingresos. El año pasado tres oficinas nos fueron devueltas.

Se suma, que los dos arrendatarios más importantes cerraron sus puertas y dejaron de pagar hace 14 meses, sin mediar conversación con nosotros ni hacer uso de las rebajas temporales de sus arriendos que les ofrecimos. A la fecha, mantienen una deuda enorme, que pronto llegará a los $40 millones, lo que nos motivó a iniciar juicios en contra de ambos.

Como si todo fuera poco, en diciembre –estando cerrado el edificio- se registró una inundación que provocó serios daños a algunas oficinas, la pérdida total de un ascensor y graves daños en el otro, con costos también millonarios.

Por su lado, el Teatro Camilo Henríquez debió cerrar sus puertas en marzo del 2020 y la actividad ha sido nula desde entonces. Algo lamentable para la cultura, fundamental para el desarrollo de la sociedad.

Finalmente, la Villa “Camilo Henríquez”, en El Tabo, ha estado funcionando también de manera parcial, por los cambios constantes en el Plan Paso a Paso. Sin embargo, sigue vigente nuestra deuda por la construcción de las 5 cabañas nuevas, la que cumplimos puntualmente –aunque con facilidades de parte del constructor- pese a que los ingresos de la Villa no colaboran mucho a solventar esa deuda.

Hasta ahora nuestra preocupación principal son ustedes, los socios y socias, con quienes seguimos cumpliendo el pago de los beneficios y tratamos de mantenernos siempre comunicados para asistencia y orientación, a través de nuestra asistente social. Pero los recursos financieros no se robustecen y eso nos inquieta. Entonces, estamos presentando proyectos a entidades que proveen recursos fiscales, hemos ajustado mucho nuestros gastos y reducido todo lo posible aquellas cuestiones que puedan sonar a “superfluas”. Hemos asumido una “economía de guerra”, sin renunciar a nuestras obligaciones más importantes.

Demoledor para muchas organizaciones, el Covid nos ha enseñado a mantenernos firmes en nuestro propósito de seguir adelante, buscar alianzas beneficiosas, mantener el orden en nuestras finanzas, retener arrendatarios, apretarnos el cinturón y cumplir con nuestros socios y socias. Por ahora, parece difícil aspirar a más.

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