Carlos Caszely.
Rey del metro cuadrado.
Inolvidable ídolo de Colo Colo.
Generador del delirio de la hinchada alba.
Te escribo en el área grande de nuestra amistad.
Tú das el puntapié inicial (yo no puedo).
Inicio del partido: debutaste a los 15 años. Entraste a la magnética cancha en relevo de Mario Moreno, el Súper clase.
Pronto le hiciste un túnel a Goncalvez, ya consagrado y duro.
Fue una chiquillada que no borras a tus 68.
La camiseta con el escudo del Cacique se fundió con tu corazón.
Te uniste a los famosos, sin timidez.
Tu timbre de vencedor colma de goles la estadística, algo distante del rigor en tu caso.
Promoviste el fervor y el fanatismo en galerías y tribunas.
Acaparador de aplausos.
Los recibiste todos en un gol contra Emelec. “¡Se pasó!, ¡Se pasó!”, gritaba la multitud.
Colo Colo 73 fue vicecampeón de América. No obtuvo el título porque en las semifinales empujaron sobre la hora al arquero, Adolfo Nef, y validaron la acción ilícita del gol.
¡Un robo!
Evocas a ese equipo con cariño y admiración. Con tus ojos achinados me miras en tu grata visita y elogias sin fronteras a Francisco Valdés.
“Soy ñato porque desde 40 metros Chamaco me colocaba la pelota en la frente para que yo apuntara al arco rival. Era un grandísimo futbolista. Hábil con las dos piernas. Jamás dejaré de agradecerle”, proclamas.
El plantel del 73 fue invitado por Augusto Pinochet, quien lideró el golpe que bombardeó La Moneda.
Con el mismo atrevimiento que mostrabas frente a la valla adversaria, no le diste la mano. Audacia mayor y peligrosa.
En otra oportunidad, fuiste con corbata roja. El dictador, que conocía tu opción por la izquierda, te dijo que te la cortaría.
“Pero no puede cortar mi corazón rojo”, le contestaste.
Con la selección nacional viajaron a jugar contra la Unión Soviética. Empataron a 0.
Figueroa y Quintano aún sienten dolores de tanto cabecear.
La URSS no quiso venir a la revancha porque mandaba un gobierno ferozmente anticomunista.
Chamaco Valdés, el capitán chileno, hizo el gol simbólico.
Con énfasis, afirmas que tu mejor director técnico fue Luis Álamos. Formó al Ballet Azul, que le aportó siete jugadores al plantel que clasificó tercero en el mundial de 1962. Y conformó a Colo Colo 73.
Diste muchos triunfos a la selección y a los albos.
Dolorosamente, algunos te asocian al penal que desbarataste frente a Austria en 1982. Estuve allí, como enviado especial.
La sola mención lleva a precisar que Pelé, Maradona y Zico también se equivocaron desde los 12 pasos. Y Messi frente a Chile.
Esa pena y miles de alegrías, Carlos.

Por Enrique Ramírez Capello

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