Por Loreto Paillacar S.
Puente El Ala y la memoria del río es la séptima investigación de la destacada periodista y escritora Ruby Weitzel Pérez, que presenta fragmentos de las historias de hijos, esposos, padres, hermanos y mujeres que caminaron sobre tierras chillanejas hasta que un día sus vidas las arrebató la dictadura.
Entre el 11 de septiembre y 20 de diciembre de 1973, ochenta y cuatro personas de la provincia de Ñuble (Región de Ñuble) fueron desaparecidas por el régimen de Augusto Pinochet Ugarte. Solo veintiséis han sido encontradas.
El nuevo libro de Weitzel Pérez es un aporte a la memoria que relata el camino en búsqueda de verdad, justicia y reparación, a partir del hallazgo que hace su padre Mario de cuerpos bajo el viaducto sobre el río Ñuble el 24 de diciembre de 1973; entre los que se encontraba el de su hermano Patricio.
La justicia tardó alrededor de medio siglo en acusar al general (r) de Carabineros Patricio Jeldres Rodríguez como autor de los homicidios de Patricio Weitzel Pérez y Gabriel Cortez Luna, así como de los secuestros calificados de otras personas.
A 50 años del golpe de Estado en Chile, Puente El Ala y la memoria del río surge como una contribución fundamental para mantener viva la memoria de las víctimas de la dictadura cívico-militar.
Su presentación se realizará el miércoles 4 de octubre a las 18:00 horas en la sala Hernán Miranda Casanova, ubicada en el octavo piso del edificio de Amunátegui 31 (Santiago) y contará con la participación de las periodistas Pury Gaune Blanco, Ximena González Bosque y Verónica Tognola Canales.
Una investigación más personal
-Su obra trata sobre la detención, desaparición y asesinato de su hermano y otras personas en manos de la dictadura. ¿Cómo describiría la importancia de este relato en el contexto de la historia y memoria colectiva del país?
Patricio Weitzel Pérez es una víctima más de los 84 ejecutados y desaparecidos -hasta donde se pudo recopilar- en la provincia de Ñuble. El relato se centra, más bien, en lo ocurrido en el Puente El Ala, viaducto que cruza las aguas del gran río Ñuble de la zona.
El 24 de diciembre de 1973, el relojero Mario Weitzel, tras la búsqueda de Patricio, detenido en su hogar el 1 de octubre de 1973, llegó hasta las inmediaciones del Puente El Ala gracias a un reloj que llegó a sus manos y que reconoció como el de su hijo. No solo encontró su cuerpo, sino también otros que no fueron reconocidos ni cuantificados.
El libro relata cronológicamente, y en forma periodística, la represión llevada a cabo en la provincia de Ñuble a partir del 11 de septiembre de 1973 y cómo se fueron dando las detenciones que terminaron en ejecuciones y desapariciones. También relata el quehacer de los familiares tras los pasos de sus seres queridos que jamás regresaron a sus hogares.
-Esta es su séptima investigación periodística, ¿qué la llevó a profundizar en esas historias, tanto de la de su hermano Patricio como de otras personas?
Porque la represión en dictadura ya la había abordado expresamente en dos de mis libros: Tumbas de Cristal, libro-testimonio de la Vicaría de la Solidaridad que trata de los ejecutados en Pisagua, Tocopilla y Chihuio, y en El Callejón de las Viudas (Premio Planeta 2000) sobre la represión en Paine.
Puede decirse que, en todos mis libros, de una u otra forma, este tema está presente.
-¿Cómo fue el proceso de investigación y recopilación de testimonios para este libro?
Un proceso de investigación comienza por la inquietud acerca de un determinado tema, se va tras la huella de éste y se enfrenta de distinta forma. En mi caso, empecé hace años recurriendo a bibliotecas, archivos particulares, diarios, revistas, entrevistas, testimonios, etc.
A pesar de que sigue siendo una investigación periodística, es más personal porque se incluyen textos que me atañen directamente. A diferencia de mis otras investigaciones, que significaron mayor trabajo en terreno, las nuevas tecnologías han sido de gran ayuda.
-Este libro se presenta en un momento significativo para Chile, los 50 años del golpe de Estado, ¿qué mensaje busca transmitir en esta coyuntura histórica?
Mis libros no pretenden dar mensajes, simplemente son colaboradores de la historia, porque eso es el periodismo de investigación.
-Usted es una periodista con una amplia trayectoria en medios de comunicación y también como escritora, ¿cree que su experiencia profesional influyó en la forma en que abordó este proyecto?
Sí, por supuesto. Toda experiencia profesional nos prepara, de una u otra manera, para enfrentar los desafíos que uno se impone en el desarrollo de la carrera elegida.
-La presentación de Puente El Ala y la memoria del río se realizará en el Círculo de Periodistas de Santiago, ¿qué significa presentar en este lugar y qué podemos esperar de este evento?
En mi época de cesantía impuesta, luego del 11 de septiembre de 1973, mi primer trabajo periodístico me lo ofreció el Círculo de Periodistas de Santiago -la agrupación gremial más antigua de nuestra profesión- en su revista Nueva Aurora, una publicación de alta calidad en el contexto de aquellos años tan difíciles. Creo que en ella está el origen de mis afanes por el periodismo de investigación, ramo que no existía en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile.
Desde aquella época, el Círculo es una institución que siento muy cercana. No en vano, dos de mis anteriores libros Entrecruces y Dichato, lo que dejó el mar quise que fueran presentados en este lugar.
Ruby Weitzel Pérez, nacida en Chillán, es periodista de la Universidad de Chile con una amplia trayectoria. Cuando fue jefa de Crónica e Informaciones en el diario La Nación, el golpe cívico-militar la sorprendió en su trabajo, frente al palacio presidencial, y no pudo ejercer su profesión por una década.
A inicios de los ochenta empieza a escribir cuentos, cuando comienza a desempeñarse como fotógrafa y redactora de la revista Nueva Aurora del Círculo de Periodistas de Santiago.
En 1983 es contratada por el diario La Tercera como redactora del suplemento Buen Domingo. Llegada la democracia, renuncia al diario y acepta la oferta de la Vicaría de la Solidaridad para investigar y escribir Tumbas de cristal, el único libro testimonio de esa entidad.
En los últimos años también se ha desempeñado como encargada de comunicaciones de Ferrocarriles del Estado y la Subsecretaría de Telecomunicaciones, jefa de prensa de Radio Tierra y docente de las carreras de Periodismo, Fotografía y Relaciones Públicas de la Universidad de Artes, Ciencias y Comunicaciones.