Viajó en febrero pasado a La Habana con una beca entregada por nuestra organización. Aquí cuenta su experiencia.

Desde hace cinco años, el Círculo de Periodistas de Santiago ofrece becas a sus socios para capacitarse en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, ubicado en La Habana. Son cursos de varias semanas que reúne a periodistas de diversos países latinoamericanos para reflexionar sobre la profesión.

Hasta la fecha, 16 socios han ido becados, en una experiencia que todos califican de increíble. Paulina Rossel, 35 años, periodista de Conadi y socia del Círculo, lo hizo en febrero pasado.

Advierte, eso sí, que tuvo poco tiempo para conocer la ciudad: «Las clases son todo el día. La única oportunidad de salir era en la noche y ahí los periodistas cubanos fueron muy amables. Conocí la realidad de Cuba y de muchos otros colegas latinoamericanos».

 

Paulina Rossel, de polera y falda, en una de las clases realizadas en Cuba.

¿Cómo llegaste al Círculo de Periodistas?

Me inscribí en octubre de 2016. Conocía la organización, al igual que el Colegio, desde que estaba en la universidad.  Siempre tuve el interés de participar pero no lo concreté hasta el año pasado.

Qué te parece la organización?

Es una oportunidad para conocoer otras generaciones, otro tipo de trabajo periodístico, otras historias. Te das cuenta que hay colegas mayores, que trabajaron en una época donde no googleaban si no que conseguían libros; realmente hicieron investigación, no como ahora que se hace pero poco.

¿Qué te interesó de la beca?

Que uno puede crecer profesionalmente. Mi curso se llamaba «Confrontación política en América Latina y el Caribe». Ver un tema político, en Cuba, donde sabía que irían representantes de países latinoamericanos, iba a ser una instancia de crecimiento genial. Y así fue.

¿Cómo funciona todo allá?

Nos reciben los del instituto José Martí. Como parte de la beca te alojas en un hostal. Cruzas la calle y está el instituto. Yo no conocía Cuba. Y no hay tiempo para ir a museos o cosas así, porque las clases son todo el día. De hecho uno vuelve al hostal a almorzar, termina y hay que ir a las clases otra vez. Sólo conocí La Habana de noche, gracias a la amabilidad de los cubanos. Ellos pagaban la guagua (autobús) y nos llevaban a lugares turísticos.

¿Y las clases?

Habían periodistas cubanos recién egresados y me llamaba mucho la atención el nivel de educación. ¡Todos opinando! Yo tengo 35 años, ellos 24, y hablaban con una profundidad de los temas que yo decía en Chile esto no pasa. Era tal el nivel que los profesores pedían que pararan de opinar para seguir la clase. Fue una experiencia increíble.

¿Y cuáles eran los temas que trataban?

Habían clases de redes sociales, de cómo Donald Trump ganó las elecciones, cuál fue su estrategia con el big data, qué pasa ahora con los periodistas luego de la intervención de EEUU. Eran muchos. Los profesores eran cubanos y otros españoles, todos de la universidad de La Habana.

¿Cómo fue enterarte de la realidad del periodismo en otros países?

En el trabajo final que hicimos me tocó con periodistas de México y Cuba. Ver la realidad de otros países también me impactó. En México todo es corrupción abierta. La compañera mexicana contó que la habían echado de un medio porque en un despacho habló sobre las malas condiciones en las que vivían las personas en un municipio, y el alcalde le dijo que cómo se le ocurría decir eso si ahí estaba todo bien. Por eso la echaron. Y eso fue suave, porque hay casos en los que les matan a las familias.

¿En qué países se hace buen periodismo?

La conclusión fue que no hay país en Latinoamérica donde se ejerza periodismo con total libertad. En la mayoría, sobre todo en Chile, están dominados por los poderes políticos.

¿Cómo defines la experiencia?

Primero, tenemos que estudiar más como periodistas. No sólo los médicos deben seguir especializándose. La profesión se va renovando. Segundo, viajando se aprende siempre. Tercero, el conversar y compartir con colegas de otros países es muy enriquecedor. Yo le digo a mis colegas que postulen, que se inscriban en el Círculo de Periodistas, para que aprovechen todas las oportunidades que existen. Unidos podemos hacer cosas, más allá de alegar por los sueldos. Vale la pena participar de las instituciones que nos reúnen.

Paulina cuenta que gracias a este curso, postuló a una beca de la OEA, que sólo tenía 50 cupos, para hacer un máster sobre comunicación y marketing político en España. Hace un tiempo, vio la lista de los ganadores y sólo habían dos chilenos; uno era ella. Viajará en marzo y julio del otro año.

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