En 2018, a los 90 años, murió la destacada actriz de cine y televisión Nelly Meruane. Metódica, delicada, y de voz inconfundible, hasta hoy, a cuatro años de su fallecimiento sigue siendo recordada por quienes tuvieron ocasión de compartir con ella, como su viudo, Juan Carlos Bistoto, con quien el Círculo de Periodistas tuvo ocasión de conversar: “Era una persona paciente, inteligente y muy carismática”, sostiene quien pasó 49 años a su lado.

La actuación: el primer amor

«El amor de la gente en la calle me hace pensar que yo pasé por esta vida y… no fue en vano. Es lo que más me complace». Era lo que decía hace unos años, a la revista Ya de El Mercurio, la actriz Nelly Meruane, entendiendo la importancia del cariño de la gente hacia sus personajes y carrera.

La artista fallecida en 2018 a los 90 años dejó décadas de recuerdos. En el teatro, cine y televisión, siempre fue notorio el esmero que puso a cada línea emitida en sus actuaciones.

Nacida en la Región de la Araucanía, en la comuna de Toltén, el 20 de diciembre de 1927, Nelly Lucinda Consuelo Meruane Solano fue la menor de siete hermanos provenientes de una familia de ascendencia árabe y de comerciantes. Desde sus primeros años se logró visualizar que lo suyo sería la actuación.

Nelly Meruane (la más pequeña, al centro) junto a sus padres y hermanos. Archivo personal.

Su madre era directora de un colegio y le preparó un verso cuando tenía cuatro o cinco años. Entonces, Nelly se subió al escenario y fue capaz de recitar el texto que marcaría el inicio de una carrera que la tuvo por más de seis décadas dedicada a una de sus grandes pasiones.

Sin embargo, la oposición de su padre provocó que la joven estudiara Pedagogía en Castellano, aunque de manera paralela también cursara Teatro. Al ingresar al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, se incorporó además al Centro de Arte Dramático del mismo (CADIP), para luego pasar a la carrera de teatro en la Universidad Católica, estableciendo una fuerte relación con el Teatro Ensayo de la casa de estudios.

“Fue su escuela. Ahí trabajó como 20 años y hubo ocasiones donde ella no tenía un sueldo, era simplemente el amor por el teatro. Lamentablemente un día -cuando vino la reforma universitaria- se acabó el elenco estable”, comenta su viudo, el también actor, Juan Carlos Bistoto, sobre el Teatro Ensayo de la UC.

Obra Locos de Verano 1966, Teatro de Ensayo de la Universidad Católica en Sala Camilo Henríquez. Autor: René Combeau. Fuente: Teatro UC. En Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral UC.

Estaba en primer año cuando pasó a formar parte del elenco de la obra El tiempo y los Conway, que debutó en 1952 en el Teatro Municipal de Santiago, tras una invitación del director Hernán Letelier. Sería el primero de muchos otros títulos como Locos de Verano, Árbol viejo, La moratoria, La loca de Chaillot y los musicales insignes del teatro local: ¡Esta señorita Trini!, Como en la gran ciudad y La pérgola de las flores, montajes presentados en el escenario del Camilo Henríquez.

Nelly Meruane (al centro de pie) en El tiempo y los Conway, de John B. Priestley, Teatro de Ensayo de la Universidad Católica, 1952. Autor René Combeau. Fuente: Teatro UC. En Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral UC.
Retrato (1960). Autor: René Combeau

En un elenco memorable

La actriz, que perteneció al elenco del teatro de la Universidad Católica por 20 años, tuvo un paso importante en aquel lugar ubicado en Amunátegui 31, en pleno centro de Santiago: el Teatro Camilo Henríquez.

Fue en 1956 cuando el Teatro de Ensayo inició la alianza con el Círculo de Periodistas para hacer uso de la sala. Nelly Meruane estuvo dentro de los nombres que participaron de algunas de las obras que marcaron las tablas chilenas durante la segunda mitad del siglo XX.

“Eran los grandes montajes los que se estrenaban ahí, era una competencia permanente con el teatro de la Universidad de Chile”, rememora Bistoto.

Junto a actrices como Anita González o Silvia Piñeiro, formó parte del elenco estable de ese teatro. En 1960, participó de La Pérgola de las Flores, considerado uno de los montajes más importante en la historia del país, donde reemplazó a Anita en el papel de Rosaura, la madrina de la Carmela, lo que permitió verla brillar en papeles protagónicos.

Nelly Meruane como Rosaura San Martín en La Pérgola de las flores, de Isidora Aguirre y Francisco Flores del Campo. Teatro de Ensayo de la Universidad Católica en Sala Camilo Henríquez (1960). Autor: René Combeau. Fuente: Teatro UC. En Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral UC.

El actor Ramón Núñez, quien compartió escenas con la artista, dedicó palabras sobre Nelly en un artículo propio publicado por La Tercera días después del fallecimiento de la actriz. Comentó sobre La Pérgola de las Flores que «pocos saben que la señora Nelly Meruane, cinco días antes de su estreno el 17 de abril de 1960, tuvo que tomar el rol protagónico de doña Rosaura, la jefa de las pergoleras, porque la señora Ana González se había enfermado. Nelly lo estuvo haciendo durante un mes, hasta que la Anita se recuperó y volvió».

En otras versiones de La Pérgola de las Flores, Nelly asumió distintos roles. Teatro de Ensayo de la Universidad Católica en Sala Camilo Henríquez (1960). Autor: René Combeau. Fuente: Teatro UC. En Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral UC.

En las tablas del Camilo Henríquez actúo en más de una docena de otras obras entre las que se encuentran Martín Rivas (1954), El Enfermo Imaginario (1955), Pueblecito (1956), La Casamentera (1956), Un hombre de Dios (1956), ¡Esta señorita Trini! (1958), El Ángel que Nos Miira (1958), Juegos Silenciosos (1959), Diálogos de Carmelitas (1959), entre otras.

«Verla en el escenario era conmovedor y no he vuelto a ver algo así. ¡Era una actriz arrebatadoramente divertida!», recordaba Núñez en El Mercurio el año de su partida.

El Ángel que nos mira, de Frank McMullan. Teatro de Ensayo de la Universidad Católica en Sala Camilo Henríquez (1958). Autor: René Combeau. Fuente: Teatro UC. En Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral UC.

Amor a primera vista

Juan Carlos Bistoto y Nelly Meruane estuvieron casados 49 años. Archivo Personal.

En vida, la actriz tuvo dos grandes amores: el teatro y Juan Carlos Bistoto, su marido, con quien compartió la vida durante 49 años. El mismo año que falleció (2018), ambos hacían planes con el dinero que esperaban recibir el 27 de septiembre, en conmemoración de sus Bodas de Oro. “Queríamos ir a Viña del Mar”, recuerda el también actor, al interior de su departamento ubicado en Antonio Varas.

No era raro encontrarse con la pareja caminando, paseando, tomados del brazo, por Providencia. Un amor fulminante, si tan solo pasaron seis meses desde que se conocieron hasta que dieron el sí frente a un altar.

Todo comenzó cuando Juan Carlos se encontraba de visita en Chile, en la casa de unos de sus mejores amigos, en Las Condes. Era el año 1969, y recibió la invitación de Emilio Gaete, a quien había conocido en Buenos Aires.

“Cuando vine a Chile, Emilio me invitó a un teatro en calle San Diego a verlo trabajar en la comedia Juani en sociedad donde estaban los actores Silvia Piñeiro, Jorge Guerra, y Nelly Meruane. Cuando terminó la presentación, pasé a los camarines a saludar, a agradecer la posibilidad de verlos. Salí a tomar un taxi, pero pasaron unos 10 a 15 minutos y yo seguía ahí, esperando. En eso sale Nelly, me dice ‘usted todavía está acá’”, recuerda Bistoto.

Él le contó que estaba esperando un auto que lo pudiera llevar hasta Los Dominicos, donde alojaba. Nelly ofreció llevarlo, siempre y cuando la acompañara a un cumpleaños. Juan Carlos accedió; fue su primera cita, entre amigos, con guitarreo, boleros y pisco sour. Nunca más se separaron. Fue un amor de esos de cuentos, que uno pensaría que no son reales, pero sí, y la relación de ellos es una prueba irrefutable.

“Un día le propuse irnos a vivir juntos, pero la Nelly me dijo ‘¿por qué no nos casamos mejor?’, y así fue”, recuerda entre risas Bistoto.

No quisieron tener hijos. Ella tenía 42 años cuando contrajeron matrimonio, en una ceremonia que contó con la participación de otros actores y actrices donde la destacada actriz Carmen Barros fue la elegida para cantar en ese importante momento.

Nelly Meruane el día de su boda con Juan Carlos Bistoto. Archivo personal.

Teatro, exilio, televisión

Con toda una vida dedicada a la actuación, la lista de títulos en los que participó Nelly Meruane es enorme pues actuó en más de 43 obras de teatro y 25 teleseries.

Bistoto afirma que la actriz “era muy metódica. La Nelly llegaba en las mañanas aquí, a la cocina, al desayuno, con sus textos, y estudiaba. Con un lápiz destacaba qué tenía importancia y qué no. Tenía una claridad para eso, y una memoria prodigiosa. En la televisión podía tomar una hoja, mirarla y decir ‘estoy lista’ ”.

Su llegada a la televisión es uno de los hitos más importantes en su carrera, que le permitió una mayor cercanía con la audiencia nacional. En Juani en Sociedad, serie transmitida por Canal 13 entre 1967 y 1972, compartió escenas con Silvia Piñeiro y Sonia Viveros, dando vida al personaje de la Cotocó Pereira.

Los 70 serían una década dura pues en 1974 debieron exiliarse en Caracas, Venezuela. Su partida de Chile no impidió la expansión de su carrera ya que también participó de obras e incluso debutó en el cine en El Pez que Fuma (1977).

Juan Carlos y Nelly, estando en el exilio, hacían presentaciones en cruceros. Archivo personal.

En 1981 volvió a su país natal e interpretó a «Dora» en la recordada telenovela La Madrastra (1981).

Un año después, volvería a las tablas con una de las obras más importantes del teatro chileno y quizás el papel más importante que interpretaría: Mama Rosa de Fernando Debesa.

«Ella es un ser maravilloso, que tiene una calidad humana inmensa, tiene todos los valores familiares, sentimentales y el respeto, que nos hace tanta falta. Representa todo lo que ahora no tenemos. Ella es la lealtad verdadera», decía Nelly sobre aquel memorable rol.

Mama Rosa, de Fernando Debesa. Un rol memorable en su trayectoria. Archivo personal.

«Fuimos muy cómplices en escena y la vi pasar sin problemas por las cuatro edades del personaje. Lo hizo maravilloso como niña de 14 años hasta que, finalmente, se convierte en una mujer mayor de 80. Tenía una capacidad insuperable», comentaba a El Mercurio la actriz Ana Reeves en 2018.

En los años 90, los papeles protagónicos comenzaron a disminuir, participando como actriz secundaria en producciones como Ángel malo (1986), Marrón Glacé (1993), Fuera de control (1999), Machos (2003) y Chipe Libre (2014).

Su última obra. Adaptación de la novela Coronación, de José Donoso. 2013. Archivo personal.

Su última obra fue Coronación, de José Donoso, entre 2014 y 2016, donde compartió rol con Bélgica Castro y Gloria Münchmeyer, y por el que ganó el Premio Altazor

No fue el único galardón que obtuvo en su destacada carrera pues en 2006 recibió de la Municipalidad de Santiago el Premio Municipal de Arte; en 2011 el APES a la trayectoria; en 2017 el premio Persona Pública Distinguida otorgado por la Municipalidad de Providencia. «Lo tomo con mucho agradecimiento, con alegría, porque es importante para una que reconozcan lo que hace, en cualquier actividad, es muy gratificante», dijo en esa instancia.

Preparó su partida

Ingresar al departamento que hasta hace cuatro años compartía la pareja, es sumergirse en un mundo que recuerda los mejores pasajes, los momentos más memorables que ambos pudieron compartir.

Su viaje a Venezuela, el paso del tiempo, ellos jóvenes, ya mayores, y también imágenes de las carteleras donde participaron.

Imágenes de los años felices de la pareja, en el departamento que compartieron. Foto: Alejandro Bustos M.

Al subir la escalera está ella, en una foto grande, iluminada, donde mira sonriente, cálida, como marcando su presencia. A esa fotografía Bistoto le habla diariamente, porque es quizás la forma de llenar el vacío que dejó su partida, es tal vez la forma de sentir que ella sigue presente.

La foto de la actriz que marca su presencia en la casa que vivió y murió.

En sus últimos días, se preocupó de preparar los detalles de su partida, de organizar la vida de su esposo cuando ella no estuviera. “Ya en cama enferma me dijo ‘quédate con la Margarita y la Nancy, que te ayuden, que te acompañen”, recuerda Bistoto con una pena incontenible.

Y, agrega: “Es cierto, me quedé con la Margarita que me acompaña dos días a la semana, me ayuda a cocinar, o me cocina lo que yo quiero, es un gran tesoro de persona y un día a la semana viene Nancy que limpia y plancha, eso me ayuda bastante”, relata su viudo.

Juan Carlos Bistoto sigue viviendo en la casa que compartió con Nelly, rodeado de imágenes de su esposa. Foto: Alejandro Bustos M.

No fue lo único que ella dejó listo antes de partir. Tal como lo solicitó, sus restos descansan en el mausoleo de Sidarte, en el Cementerio General, donde cada dos meses, llega Bistoto, acompañado de un taxista amigo, con flores para su amada Nelly.

Un emocionado Juan Carlos afirma que le gustaría que a Nelly la recordaran “como una gran persona, solidaria, maravillosa actriz, y una mujer inolvidable, porque mientras yo esté vivo, ella será inolvidable”.

Nelly Meruane y Juan Carlos Bistoto en la obra Amor a la antigua, en Teatro Municipal de Temuco, 2004. Archivo personal.

Este reportaje se realizó gracias al financiamiento del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y del Consejo Regional.

Periodista: Maritza Tapia F.
Fotógrafo: Alejandro Bustos M.
Editora: Ana Rosa Romo R.

Agradecimiento a:
Archivo de la Escena Teatral UC
Juan Carlos Bistoto, actor.

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