La Nueva Radio, Periodismo Hipermedia, Liderazgo, Género, Periodismo Gastronómico son algunos de los Diplomados, Seminarios y cursos a los que pueden postular socias y socios del Círculo de Periodistas.

En un mercado tan competitivo y saturado, resulta cada vez más necesario ir un paso más allá de la carrera de pregrado y dar el salto con un postgrado. Esto muchas veces se retrasa por temas económicos y acceso.

Es por ello que el Círculo de Periodistas de Santiago a través de su Comisión de Relaciones Internacionales y Cultura mantiene un convenio con El Instituto de Periodismo José Martí en La Habana Cuba, para otorgar acceso a cursos de postgrado, algunos de ellos con becas a los socios del Círculo interesados en participar.

Ya son varias las socias y socios que han pasado el proceso de selección gracias a este convenio y han participado de distintos cursos. El requisito es, ser socia/o activo. Toda la información, se puede encontrar en este enlace.

Entre Martí y El Costillar

En cada convocatoria, profesionales de la prensa de América Latina y El Caribe viven una experiencia de aprendizaje, deliberación y debate que traspasa las aulas. Al término de las intensas jornadas de estudio, las conversaciones y análisis continúan en la Residencia El Costillar del Rocinante ubicada frente al Instituto donde la gran mayoría aloja.

Durante el mes de febrero, Margarita Bastías, periodista y socia del Círculo de Periodistas de Santiago vivió la experiencia de ser becada para el Curso de Posgrado de Género y Comunicación.

¿Cómo surge tu interés en el curso, en ese tema en específico?

Los temas de género son el tópico del momento y lo vivimos muy de cerca con el movimiento Me Too, desde Hollywood, NiUnaMenos, de Argentina, y la réplica en Chile con las tomas feministas que partieron en las facultades de Derecho. Yo solidarizo con todas estas manifestaciones, pero no basta con ello, hay que sustentarse, dar razones, explicarse e fenómeno que se está dando a nivel mundial con la mujer. Siempre he pensado que hay oleadas, y me preguntaba por qué las sufragistas que lideraron una revolución con el voto femenino no fueron más allá y terminaron casi en su casa. Bueno, todas esas inquietudes me llevaron a decir, “este es mi curso, allí debo estar”. No era la primera vez que me decía aquello, llevó semestres dándole vueltas porque el Instituto de Periodismo José Martí tiene una malla curricular de capacitación en temas muy, pero muy interesantes, que por poco hace que tú quieras ir todos los meses.

En términos generales, ¿cómo describirías esa experiencia?

Estudiar, analizar pensar, siempre es bueno en nuestro oficio que requiere de una constante actualización. Era desafiante pensar cómo sería un curso de género en Cuba, un país harto machista, pero también con una plataforma de participación hacia la mujer. Vivir de cerca la realidad cubana en un momento en que se debatía la reforma a la Constitución, te obliga a botar estereotipos porque vi debate, críticas, cuestionamientos, de parte de la gente joven que no calla nada. El cubano es abierto, le gusta discutir, exponer sus ideas, y fue muy interesante el diálogo con colegas que bordeaban los 28 y 35 años.

¿Qué diferencia hay en este curso y otros que has realizado en Chile?

El escenario, estas fuera de las presiones familiares, de la casa, del trabajo por lo que estás concentrado en un curso que es intenso de 9 a 4 todos los días, y que en este caso fueron dos semanas.

¿Cuál fue tu mayor aprendizaje?

Los profesores, todos doctorados, eran de una gran amplitud y con un gran dominio del tema, abiertos a la participación, con mucho intercambio de opinión. Entre los extranjeros, que no éramos muchos, yo y una joven colega argentina, su experiencia en el movimiento feminista de su país me alimento mucho, fue muy enriquecedor.

Seguramente cada minuto era una conversación y debate acerca de temas actuales. ¿Qué pudiste percibir de los periodistas de todo el mundo con los que te encontraste ahí, en relación a la contingencia internacional?

Sin duda, Venezuela estaba en el debate y había preocupación en Cuba, junto a la tendencia mundial de una derechización de la política con muy poco espacio para las alternativas de izquierda, y menos para la cubana La apertura de Cuba también era tema, sobre todo para desmitificar que ya no todo es del estado y que se permite la actividad privada, como los ‘cuenta propistas’, con la apertura de cafeterías o la venta de ropa por Internet. Otro tema fue “el paquete” que tú contratas semanalmente y que te trae estrenos de películas y lo mejor de Netflix, no tuve ni un problema en comentar mis series favoritas porque ellos también la veían.

Ya de regreso a la realidad local, ¿qué opinas acerca de la cantidad de medios que han cerrado, y la precariedad laboral que enfrentan las y los periodistas hoy?

Puff, es un drama, han cerrad tantos medios, incuso revistas emblemáticas que tuvieron un rol importante, como Caras y Cosas. Tantos colegas quedaron sin su fuente laboral y los medios que resisten lo hacen en condiciones muy precarias.
Ahora bien, se trata de “una muerte anunciada” porque desde los 90 que vislumbrábamos que nos estábamos quedando fuera de época, pero no tuvimos la capacidad para innovar y pensar inteligentemente en el periodismo del futuro. En eso coincido con Verónica López, la fundadora y exdirectora de Caras, no fuimos capaces de adelantarnos a los nuevos formatos y estamos presenciando la agonía de la prensa escrita. Los periodistas también tenemos responsabilidad, en los 90, mucha gente se acomodó en oficinas públicas y se olvidó del oficio, hoy otros pagan la cuenta.

¿Recomendarías a las/los socios postular a los cursos de posgrado? ¿Por qué?

De todas maneras, hay que ver todos los cursos. El de Patrimonio se viene con todo porque coincide además con los 500 años de La Habana, por lo que el Instituto ha preparado un curso espectacular. Pero también en el área de a radio, las relaciones internacionales, radio y televisión, formas digitales, etc.

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