Son tiempos difíciles para el desarrollo de la profesión. Hace unos días la Alta Comisionada para los DD.HH. de la ONU, Michelle Bachelet, denunció “detenciones e intimidaciones de periodistas” desde el inicio de pandemia del COVID-19. 

El periodismo es una de las profesiones que no se puede tomar un descanso. Para que las y los ciudadanos desde sus hogares puedan conocer el desarrollo de la pandemia y lo que ocurre en todo el mundo, el reporteo en el lugar de los hechos es fundamental.  Sin embargo, el efecto del Covid-19 en la economía ha afectado gravemente la estabilidad laboral en general, afectando también el periodismo.

Explosión de contagios

El viernes 29 de abril y después el miércoles 13 de mayo el panorama de los contagios por COVID-19 cambió drásticamente en nuestro país. Hasta fines de abril, las cifras que a diario entrega la autoridad sanitaria habían tomado la forma de una “meseta”, según se decía. Pero ese día, el número de enfermos aumentó sorpresivamente. Habían pasado siete semanas desde que apareció el primer caso, en Talca, el 3 de marzo. El miércoles 13 la cifra de contagiados diarios (2.660 nuevos enfermos, 508 asintomáticos) obligó a decretar cuarentena en todo el Gran Santiago además de 6 comunas aledañas.

¿Qué motivó esta inesperada explosión de casos?  En su reunión del 26 de abril el Consejo Asesor COVID-19 afirmó que, hasta que haya una vacuna, “la transmisión del SARS-Cov-2 (el virus) y su consecuencia, el COVID-19 (la enfermedad) persistirá en Chile y el mundo”. Propuso, como se venía sugiriendo por expertos nacionales y extranjeros, salir a pesquisar activamente a los enfermos, especialmente a los asintomáticos. Según una investigación publicada en el British Medical Journal, la experiencia mundial revela que los enfermos asintomáticos pueden llegar a sumar un 80% a las cifras de enfermos reales. Ello significaría que las cifras oficiales de enfermos pueden representar apenas un 20% del universo real de contagiados.

La carencia de ciertos insumos para sostener esta política podría limitar la pesquisa a pacientes asintomáticos en Chile. De hecho, al cierre de estas líneas entidades públicas y privadas de salud estaban aplicando los tests a grupos específicos de pacientes: parturientas, personas con síntomas, personal de salud.

En entrevista con La Tercera, Pablo Vial, infectólogo de la Universidad del Desarrollo e integrante del Consejo Asesor Covid-19, manifestó su preocupación frente a la explosión de casos, “Es posible que este aumento de casos sea seguido de un aumento en la ocupación de los hospitales por casos graves (…) Los casos reportados estos días todavía no expresan lo más severo de la enfermedad. (…) Creo que hay que reforzar los hospitales”.

Tras la explosión de casos, a partir del miércoles 13 de mayo, casi 8 millones de personas se encuentran en cuarentena solo en la Región Metropolitana.

¿Se puede volver a una normalidad?

En conferencia de prensa (13 de mayo) el experto en emergencias de la OMS, Mike Ryan, dijo que este virus podría transformarse en un virus endémico que nunca desaparezca del planeta, como el VIH y otras enfermedades no erradicadas.

En nuestro país hoy parece más lejana que nunca la posibilidad de levantar las restricciones. Sin embargo, en Europa hay países que están comenzando a dejar los confinamientos. Son los casos de Nueva Zelanda, Inglaterra, España y Francia.  Ello, pese a que tanto el presidente de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus y la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, han insistido en que los países deben identificar las tendencias específicas de la pandemia de COVID-19 según sus contextos únicos y han advertido que reducir las medidas de distanciamiento demasiado pronto podría acelerar la propagación del virus y abrir la puerta para un aumento dramático o para su propagación a áreas adyacentes.

 O producirse un rebrote, como se empieza a temer en China.

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