A sus 72 años, esta destacada actriz divide su tiempo entre ensayos para una nueva obra que estrenará pronto en el Centro Cultural Gabriela Mistral, un cortometraje en el que colabora junto a estudiantes de la Universidad Mayor y sus responsabilidades como Decana de la Facultad de Artes de la UNIACC.

Sobre su experiencia actuando en el Teatro Camilo Henríquez, tiene solo palabras de agradecimiento y amor. “Para mí fue un hito en mi vida, mi segunda casa durante mucho tiempo”, destaca en medio de la conversación que sostuvo con el Círculo de Periodistas.

Inicios en su carrera

Su rostro es conocido por los chilenos y chilenas, porque además de una trayectoria en el teatro y el cine, Anita Reeves marcó huella en las teleseries chilenas durante décadas.

Actriz, directora y también profesora. Su cariño por las tablas y la actuación motivaron una carrera histórica.

Nacida en Santiago, en 1948, desde pequeña fue cultivando su pasión por la actuación. Su padre falleció antes de que ella llegara al mundo. Su madre, quien tenía temor de que estudiara teatro, la hizo prometer que si le iba mal iniciaría otra carrera, murió cuando Anita tenía 17 años.

Desde pequeña, Anita mostró pasión por la carrera actoral. Foto: Archivo personal.

“Mi mamá estuvo enferma de cáncer mucho tiempo, desde que yo tenía 14 años y creo que esperó a que saliera del colegio porque le habían dado muy poco tiempo de vida”, explica al Círculo de Periodistas y añade: “Mi mamá murió en marzo, a comienzos de ese mes y yo ya estaba preparándome para dar los exámenes de admisión en la Escuela de Teatro”.

En medio de esa pérdida, iniciaría una larga carrera que hasta hoy la tiene totalmente vigente.

“No quería que nadie se enterara, porque pensaba que iba a ingresar por lástima. En la misa no lloré nada, ¡no señor!, que no se notara pobreza. Quería protegerme y pensé: Esto es lo que me tocó y ahora debo hacérmelas sola no más”, recordaba también en la revista Paula, en 2015.

Rindió las pruebas y fue admitida en el la Escuela de Teatro de la Universidad Católica. Sus primeros pasos los dio en la obra Casimiro Vico, primer actor, cuando el director Fernando Colina la eligiera junto a otros grandes artistas como Ramón Núñez y Violeta Vidaurre.

“Estaba en segundo año de la Escuela y llamaron a todo el curso porque se necesitaban muchos extras. Era una obra muy importante porque se viajaba por Chile, entonces en cada lugar se encontraba gente. A mí me tocó hacer un papelito que hablaba y tenía texto. Estaba feliz, a mis compañeros les decía ‘tengo texto, tengo texto’. Tuve un personaje que tenía nombre y apellido”, cuenta entusiasmada.

De la Universidad Católica egresó en 1967, integrándose al elenco de ese teatro. Solo tres años después, además, hizo su debut en el cine con la película La Colonia Penal, de Raúl Ruiz.

Teatro Camilo Henríquez: “Un hito en mi vida”

Nos tomamos la universidad, de Sergio Vodanovic. Taller de Experimentación Teatral del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica de Chile en la Sala Camilo Henríquez, en 1969. En escena: Francisco Morales, Ana Reeves, Jaime Azócar, Violeta Vidaurre, Héctor Noguera, Arnarldo Berríos, Elsa Rudolphy y Raúl Osorio. Autor de la fotografía: Luis Poirot. Fuente: Teatro UC. En Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral UC.

“Un hito en mi vida”. Con esas palabras recuerda Ana Reeves su pasó por el Teatro Camilo Henríquez. La conversación que sostuvo para este reportaje fue en el mismo edificio donde funciona ese recinto: “Estar acá me trae muchos recuerdos”, dice Anita, antes de iniciar la entrevista, mirando cada espacio a su alrededor.

Es en el Teatro Camilo Henríquez donde profundizó su amistad con el actor, director y cantautor Víctor Jara, quien la dirigió -a sus 21 años- en la obra Antígona, uno de los papeles más potentes e importantes que ha interpretado.

“Víctor confió mucho en mí, me dio la responsabilidad de hacer Antígona, y eso para mí fue maravilloso. También conocerlo, tenerlo al lado, porque él tuvo la sabiduría, el afecto, la paciencia de guiarme. Cuando dirigía, era de una generosidad pocas veces vista. No era el tipo que te exigía a gritos, como me ha tocado con otros directores, sino que el que te guiaba con amor, con afecto para ir encontrando el camino y así fue como lo encontramos”, resalta la actriz.

Eran muchas las horas al día que pasaban juntos. Del teatro, iban al departamento que ella tenía en calle Estados Unidos con Villavicencio, donde compartían un té, un café, conversaciones en torno al teatro, la vida, y los sueños. Era tal la complicidad entre ambos, que fue en el Teatro Camilo Henríquez, donde Víctor la hizo partícipe de una de sus más importantes creaciones musicales.

“Me hizo escuchar en la platea del teatro una canción. Estando sentados los dos solos -porque habíamos llegado antes que todos- me dijo, ‘voy a presentar esta canción, quiero ver si te gusta’ y cantó Plegaria a un labrador. La encontré maravillosa, la letra espectacular. Me dijo: ¿qué te parece?; fantástica, le respondí. Pienso que lo que dice esa canción es algo que ahora todos debemos hacer: “Levántate y mírate las manos, para crecer, estréchala a tu hermano”. Crecer en buena, no en plata, crecer en amor, en afecto, y en comprensión”, reflexiona la actriz.

Ana Reeves formó parte del Taller de Experimentación Teatral (TET) del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica, junto Héctor Noguera, Ramón Núñez, Silvia Santelices, Violeta Vidaurre, entre otros. Foto: Archivo personal.

En su paso por Escuela de Teatro de la UC, Reeves formó parte del Taller de Experimentación Teatral (TET), junto a algunos compañeros como Arnaldo Berríos, Francisco Morales, Héctor Noguera, Ramón Núñez, Raúl Osorio, Silvia Santelices y Violeta Vidaurre. El taller estaba liderado por el director Fernando Colina y el mimo Enrique Noisvander.

Participó en el elenco de importantes montajes, entre ellos Nos Tomamos la Universidad (1969) junto a Jaime Azócar, Violeta Vidaurre, Héctor Noguera, Arnarldo Berríos; Todas las colorinas tienen pecas (1970), una creación colectiva basada en “Obra gruesa” de Nicanor Parra; Álzame en tus brazos (1972); de Armando Moock.

Ana Reeves en Todas las colorinas tienen pecas, montaje basado en la dramaturgia de Nicanor Parra, dirigido por Eugenio Dittborn y Enrique Noisvander. Teatro de la UC, en Teatro Camilo Henríquez. Foto: Archivo personal.

“Para mí, el Teatro Camilo Henríquez es un primer encuentro de amor con la escena profesionalmente hablando. Todas las emociones del mundo, por fin estaba ahí actuando. Fue el gran despertar, el gran desafío, la alegría, la felicidad, la luz de encontrarte con lo que tú quieres, de hacer que tu vocación tenga sentido”, dice.

Y continúa contando: “Fue un hito en mi vida, mi segunda casa durante mucho tiempo. Yo pasaba casi todo el día, más tiempo acá que en casa o en otros lados”, señala emocionada de reencontrarse con el lugar que la hizo vivir momentos memorables.

Álzame en tus brazos, de Armando Moock. Compañía: TCT-EAC Taller de Creación Teatral del Teatro de la Escuela de Artes de la Comunicación, Universidad Católica de Chile en la Sala Camilo Henríquez, en 1972. De izquierda a derecha, en la escalera: Sara Ástica y Mireya Véliz; abajo: Ana Reeves. Autor de la fotografía: Ramón López. Fuente: Teatro UC. En Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral UC.

Su rol en teleseries

Si Ana Reeves es reconocida en las calles será, seguramente, por alguno de la decena de roles que ha encarnado en su carrera televisiva. Iniciada en 1982 con “Bienvenido hermano Andes” de Canal 13. Su trayectoria en este medio suma más de tres décadas.

De ese tiempo, gran parte de su labor la realizó en TVN, donde tiene personajes memorables como la hermana Rebeca en Estúpido Cupido (1996); Graciela “Chela” Ponce en Aquelarre (1999); la pastora de la luz divina, Alicia Rubilar, en Amores de Mercado (2001), y Dolores Peña en Los Años Dorados (UCV-TV/Canal 13).

En una escena de la teleserie Estúpido Cupido, junto a Tamara Acosta, y donde Anita encarnó a la hermana Rebeca. Fuente: IMDb.

Sus personajes, por lo general secundarios, se caracterizan por la personalidad que le entrega la actriz y sobre todo el humor: “Cuando cumples cierta edad en televisión solo te dan personajes de arroz, o sea, de acompañamiento. A veces me han tocado personajes que son bien arroz y blanco más encima, ni siquiera alcanza para paella; pero es también una oportunidad para que uno le saque punta al personaje y lo haga tan bien como un protagónico”, explicaba a la revista Paula en 2015.

En ese medio añadía que “por ejemplo, cuando hago de nana, rol que hago con orgullo, siempre trato de darle una vuelta distinta porque si no, los textos no te dan para nada. Conozco actrices que por contrato no hacen de nana. Jamás he visto gente más tonta que ésa”.

En Los Años Dorados, adaptación de la serie norteamericana The golden years, estrenada en 2015 en UCV, asumió el rol de Dolores Peña y compartió escena con Carmen Barros, Gloria Münchmeyer y Consuelo Holzapfel. Fuente: IMDb.

Su rol en Amores de Mercado es uno de los que más la hizo conocida: “Luz Divina quedó para siempre. En Algarrobo hay una calle que se llama así, es una de las más bonitas, donde está la pescadería, hay una panadería”, cuenta entre risas.

En 2010 TVN la dejó ir. Admite que en los inicios vivió momentos lindos. Pero, “al final en las últimas cosas que me llamaron, no. Pedí irme porque para mí hacer televisión es una responsabilidad; es asumir roles que valgan la pena, que tengan sentido, que te obliguen a estudiar un personaje, pero no a ser una especie de gomero en una esquina, que de repente dice hola o que mira al cielo, no estudié para ser gomero”, admite.

En el cine también dejó huella. En 1999 actuó en El Chacotero Sentimental, de Cristián Galaz; y fue coprotagonista de La Nana (2009), de Sebastián Silva. También Trabajó con Silvio Caiozzi en …Y de pronto el amanecer (2008); en Desastres Naturales (2020), de Bernardo Quesney donde comparte roles con Catalina Saavedra; protagonizó junto a Carmen Barros el cortometraje Un cuento de dos mujeres (2020), de Max Sotomayor.

Escena de la película Desastres Naturales, de Bernardo Quesney. Fuente: IMDb
Protagonizó el cortometraje de Max Sotomayor, Un cuento de dos mujeres, junto a Carmen Barros. Fuente: IMDb

Directora y académica

Su carrera artística también se ha enfocado en enseñar a las nuevas generaciones, por lo que muchos actores la conocen en su faceta de maestra. Desde que egresó de la UC comenzó a ejercer la docencia en dicha institución, tarea que ha realizado en diferentes escuelas y academias de Chile y Argentina, y durante su paso por TVN.

En UNIACC, fue directora de Comunicación Escénica, y desde 2014 es la decana de la Facultad de Artes de ese plantel universitario. Fuente: UNIACC

Actualmente, es decana de la Facultad de Artes de la Universidad UNIACC, luego de haber sido por años la directora de Comunicación Escénica del plantel. Su pasión por enseñar se inició en segundo año de carrera, realizando asistencias a los profesores de la Universidad Católica. “Después comencé a hacer docencia en actuación, y en un momento también hice en voz y expresión corporal”, recuerda al Círculo de Periodistas.

“Posteriormente entré a dar clases a UNIACC, y al año siguiente me pidieron que dirigiera la carrera, donde hice un cambio importante porque pasó a llamarse Teatro. Desde entonces he estado dando clases de actuación y además dirigiendo. En 2014 fui nombrada decana de la Facultad de Artes”, comenta.

La actriz también es firme en los consejos que entrega a sus alumnos: “No paguen la escuela porque quieren ser famosos, no gasten su plata, les digo a muchos cabros que llegan a estudiar Teatro. No me puedo hacer cómplice de que alguien no venga a estudiar seriamente lo que yo amo y respeto con pasión. A mis alumnos les enseño el valor social que tienen las artes y les digo que valoricen su trabajo, porque existe una concepción errónea de que las artes deben ser gratis”, dijo en una entrevista de revista Paula en 2015.

Durante los años ‘90 apoyó la formación de varios rostros del área dramática de TVN. En un principio ejercía la dirección de actores, pero luego la estación la designó para preparar, en pequeños talleres, a las personas que nunca habían actuado en la televisión. A sus clases asistieron Paulo Meza, Pablo Schwarz, Álvaro Morales, entre otros.

Felipe Camiroaga fue uno de sus alumnos antes de debutar como actor en la teleserie Jaque Matte. Captura de pantalla: TVN

En su mentoría incluso estuvo Felipe Camiroaga, quien se preparó con sus enseñanzas para su debut como actor en la teleserie Jaque Mate (1993). No ha sido el único personaje televisivo conocido, pues Felipe Braun también estudió con ella para la teleserie Rompecorazón: “Es una buena oportunidad tener clases con Ana Reeves, por toda la experiencia que ella tiene”, comentó el actor al diario La Segunda, en 1994.

Otro ámbito explorado por la artista es la dirección. A lo largo de los años son varias las obras de teatro que ha dirigido con la participación de actores a los que alguna vez enseñó.

En julio pasado presentó el montaje Por Sospecha, realizado en conjunto con la Fundación Cultural Lo Prado, Municipalidad de Lo Prado y la Escuela de Teatro y Comunicación Escénica de la UNIACC.

La actriz, además de maestra en su especialidad, ha incursionado como directora en diversos montajes. Foto: Alejandro Bustos M.

Reconocimientos y actualidad

Con una carrera que se extiende por más de 50 años, los reconocimientos no han faltado. En 2005 ganó el premio APES como mejor actriz de comedia en la teleserie Versus; en 2009, el Premio Pedro Sienna como mejor actriz secundaria en cine por La Nana; y en 2019, el Premio Caleuche a la mejor actriz de reparto en cine por…Y de Pronto El Amanecer.

Escena de la película de Silvio Caiozzi, …Y de Pronto El Amanecer por la que recibió el Premio Caleuche como mejor actriz de reparto en cine. Fuente: http://ydeprontoelamanecer.cl/

No son los únicos galardones recibidos. Logró el Premio a la mejor interpretación femenina en el Festival Latinoamericano de Video y Artes Audiovisuales Rosario en 2013 por su trabajo en el cortometraje El Reencuentro; la Medalla a la Trayectoria por los 75 años del Teatro Experimental de la Universidad de Chile en 2016; y el Reconocimiento a la Trayectoria en el Festival de Cine Chileno, en 2018.

El año pasado fue homenajeada por el proyecto Íconos del Teatro, de AIEP; y participó en una obra por Zoom, Esto no es un aneurisma.

“Es un honor para nosotros como Íconos del Teatro rendir homenaje a las figuras imperdibles de los escenarios locales, facilitar el acceso democrático a la cultura y además, generar relaciones y aprendizajes intergeneracionales con estudiantes, docentes y titulados”, explicó a El Mostrador Karim Lela, gestor de la iniciativa y director de Teatro AIEP.

Además, desde 2021 es miembro de número de la Academia Chilena de Bellas Artes, y en su labor gremial, por años trabajó en la directiva de Chileactores.

Ana Reeves se mantiene activa y por estos días participa en la obra Atlantium, el país que no quería dejar de serlo.

“Estoy por la segunda temporada de la obra que dirige Pablo Greene, con el grupo Equipo Teatro, con quienes trabajé en la obra El desmontaje de los Pereira, loca obra, y ésta de ahora es más loca aún pero de gran sentido del humor, de gran reflexión”, explica al Círculo de Periodistas.

Sobre su trayectoria y actualidad afirma: “Estoy contenta con lo que estoy haciendo. Quiero estar siempre vigente. Me dicen que hago muchas cosas, y considero que hay que hacer las cosas. A varias invitaciones digo que no, porque si hay algo que no me interesa, digo que no, no más”.

En la actualidad, también está trabajando en dos cortometrajes. Uno con estudiantes de la carrera de audiovisual de la Universidad Mayor. “A mí me gusta trabajar con los jóvenes, no me preocupa que no tengan plata para pagarte lo que tú cobrarías en una productora, porque yo sé lo que les cuesta, pero es una forma de estar con ellos, de apoyarlos, de crecer, y de escuchar nuevas miradas, nuevas ideas”, finaliza.

Anita Reeves: “Estoy contenta con lo que estoy haciendo. Quiero estar siempre vigente”. Foto: Alejandro Bustos M.

Este reportaje se realizó gracias al financiamiento del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y del Consejo Regional.

Periodista: Maritza Tapia F.
Fotógrafo: Alejandro Bustos M.
Editora: Ana Rosa Romo R.
Agradecimiento a: Archivo de la Escena Teatral UC

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