En el marco del XXV Congreso Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras, celebrado en Punta Arenas entre el 23 y 26 de septiembre, la Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras (AMMPE World) presentó la denominada Declaración de Magallanes.

El nombre del documento es una clara alusión no solo a la austral región en la que se realizó el encuentro, sino también a las reflexiones que emanaron de él bajo la consigna “Cambio de paradigma: nuestro norte está en el sur”, adoptada para esta instancia con el fin de destacar los aportes intelectuales que pueden surgir desde países ubicados en el hemisferio sur, con sus diversas culturas y realidades.

Rosa Montero, destacada periodista y escritora española dictó la conferencia inaugural del Congreso en la que abordó los desafíos actuales de la democracia, el retroceso de los derechos de las mujeres y el papel fundamental del periodismo en la sociedad actual.

Al inicio de su discurso señaló: “Las mujeres no podemos ser un tema aislado, una mesa separada, un simposio segregado”.

En ese sentido, hizo énfasis en que las periodistas y escritoras deben formar parte integral de la narrativa histórica y contemporánea porque el objetivo es la inclusión plena de la mujer en todos los aspectos de la vida cultural, social y política del mundo.

En tanto, la declaración final  emanada al término del evento, se traduce en un llamado urgente a la acción conjunta para proteger los derechos de las mujeres en, y desde, el ámbito del periodismo y la escritura, en un contexto global marcado por el aumento de los conflictos y ataques a la democracia.

La escritora española Rosa Montero fue la encargada de la charla inaugural del evento.

Colaboración internacional necesaria

Durante el encuentro, se abordaron desafíos clave como la violencia hacia mujeres periodistas, el uso de noticias falsas para socavar democracias, y la creciente preocupación por el ciberacoso, especialmente hacia las profesionales de las comunicaciones.

En este sentido, se hizo hincapié en la necesidad de colaboración internacional y asociatividad para defender los derechos de las mujeres y la libertad de expresión, rechazando categóricamente la violencia hacia las mujeres en todas sus formas y exigiendo a los estados medidas urgentes para sancionar a quienes incurran en vulneraciones de esta índole.

Además, la declaración abogó por el uso ético de la inteligencia artificial, siempre utilizando fuentes confiables, para fortalecer el periodismo –especialmente el de investigación–, con un enfoque de género que respete los Derechos Humanos y la equidad.

La Declaración de Magallanes resalta también la importancia de la descentralización como herramienta para garantizar que todas las mujeres, independientemente de su ubicación geográfica, tengan acceso a información, educación y recursos que les permitan desarrollarse profesionalmente, agradeciendo especialmente a la UNESCO por su contribución a impulsar cambios en este aspecto.

María Soledad Vargas, periodista, académica y expositora en el evento.

Puntos destacados de la Declaración de Magallanes

  • Valoramos la democracia como la forma de organización social y política que garantiza a los ciudadanos sus derechos y que ha permitido a las niñas y las mujeres avanzar en sus derechos fundamentales. Todo ataque a ella conlleva un riesgo cierto de retroceder en aquellas conquistas que tanto nos ha costado alcanzar.
  • Reafirmamos el valor de la asociatividad como una herramienta esencial para la promoción y defensa de los derechos de las mujeres periodistas y escritoras en todo el mundo. La colaboración fortalece la capacidad de garantizar la equidad de género y el respeto a los derechos fundamentales.
  • Rechazamos de manera contundente la violencia ejercida contra mujeres periodistas y escritoras, en todas sus manifestaciones, tanto físicas, psicológicas como digitales. Exigimos a los estados y organismos internacionales adoptar medidas urgentes para prevenir, investigar y sancionar dichos actos, protegiendo así su integridad y libertad de expresión, especialmente cuando están ejerciendo su labor en tiempos electorales y de guerra. Particularmente, expresamos nuestra preocupación por el aumento del ciberacoso y por la falta de leyes que puedan crear un marco de protección hacia las mujeres.
  • Reforzamos nuestro compromiso por impulsar el rol esencial del periodismo en defensa de la paz y las democracias del mundo. Rechazamos cualquier acción que vulnere la libertad de prensa, así como el uso de herramientas tecnológicas para desinformar o tergiversar la realidad.
  • Promovemos el uso ético de la inteligencia artificial, entendiendo que puede fortalecer el periodismo de investigación y mejorar la capacidad de transmitir información basada en documentos que expresen hechos reales, siempre con una necesaria perspectiva de género. La tecnología debe ser una herramienta para apoyar y proteger a las mujeres periodistas y escritoras, asegurando que la IA respete los principios de justicia, inclusión y derechos humanos.
  • Instamos a los Estados a avanzar con decisión en la descentralización. Agradecemos a la Unesco el reconocimiento al valor de ésta, en tanto es una forma de promover el desarrollo y la protección de las mujeres periodistas y escritoras. Es fundamental que el acceso a la información, la educación y los recursos esté al alcance de todas, independientemente de su ubicación geográfica.
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